Anila Rindlisbacher, una correntina de 50 años padece de IDP (Inmunodeficiencia Primaria), una enfermedad poco conocida y que la dejó postrada durante seis años. Aferrada a seguir viviendo, eligió la natación para salir adelante y se convirtió en nadadora de aguas abiertas.

La historia de vida de Anila, una correntina que vive actualmente en Capital Federal, conmueve por su resiliencia y sus ganas de superarse día a día tras estar muchos años postrada a causa de una enfermedad poco frecuente: IDP (Inmunodeficiencia Primaria).

La natación le permitió recobrar sus fuerzas y ser ahora nadadora de aguas abiertas. Anila en una entrevista con diarioepoca.com explicó: “Quiero que mis nados tengan un propósito: difundir la enfermedad y su tratamiento, como así también juntar fondos para que todos tengan acceso al mismo”.

Es así que, en medio de la conmemoración de la semana de concientización de la enfermedad, Anila comentó a los medios que el sábado 17 de abril, realizó una importante prueba de natación: “Consistió en nadar dos horas continuas (aproximadamente lo que hubiera nadado en Concordia- Estancia Grande 9.5 km en Entre Ríos), carrera que se suspendió por la pandemia”.

La prueba la realizó en Lagos del Rocío – Pilar (aguas quietas) “todo a fuerza mía”, resaltó. “El objetivo de la prueba es para llevar un mensaje de esperanza sobre todo a las personas que padecen mi enfermedad: IDP Inmunodeficiencias primarias en víspera de la semana Mundial de las IDP Inmunodeficiencias primarias”, remarcó Anila que sigue peleándola día tras día.

“Es una prueba impensada para mí que hace un poco tiempo estuve en una cama seis largos años sin expectativas de salir adelante, pero volví a la vida”, resaltó.

“Para lograr mis objetivos de natación cuento con la ayuda de mi entrenador Pablo Testa uno de los mejores coach de natación de Argentina y el mundo, quien con mucho profesionalismo y generosidad me guía en mis entrenamientos”, describió Anila para terminar de contar todo lo que vive en este deporte.