La increíble historia de Carlos Raposo: jugó 20 años al fútbol sin tocar una pelota

Carlos Henrique Raposo fue jugador de fútbol durante 20 años, estuvo en grandes equipos, jugó casi nada e hizo fortunas sin ser profesional.

Muchos soñamos desde pequeños con cumplir nuestros sueños. En un país como el nuestro, lleno de folklore y pasión, una de nuestras fantasías siempre es la de jugar al fútbol de manera profesional. Llegar a primera, jugar en los mejores estadios, con los mejores jugadores, tener fama y millones de dólares.

Bueno, esto para Carlos Hermoso Raposo, fue posible, pero sin siquiera la necesidad de ser buen jugador, menos de saber algo sobre el fútbol. Sin tocar una pelota, logró su sueño de ser un jugador con fama y dinero.

Carlos Raposo, apodado el “Káiser”, por su parecido al legendario Franz Beckenbauer y a una famosa cerveza, nació un 2 de abril de 1963 en Río Pardo, un pueblo del estado de Río Grande do Sul, al sur de Brasil.

Lo cierto es que Raposo no tuvo una formación profesional y jamás le interesó el fútbol. Todo comenzó cuando tenía 23 años y le pidió (en broma) a su amigo Mauricio, considerado un ídolo en el Botafogo, si le podía conseguir un contrato para sumarse al primer equipo, como jugador.

Lo increíble es que el Botafogo lo contrató. Pero tenía que jugar, ¡y él no sabía jugar a la pelota! Lo arregló fácil: “Iba a los entrenamientos y a los pocos minutos de ejercicios me tocaba el muslo o la pantorrilla y pedía ir a la enfermería. Durante 20 días estaba lesionado y en esa época no existía la resonancia magnética. Cuando los días pasaban, tenía un dentista amigo que me daba un certificado de que tenía algún problema físico. Y así pasaban los meses. En Botafogo creían tener en mí un crack, y era objeto de misterio”, contó el propio Raposo.

Lo cierto es que Botafogo fichó a Raposo porque mintió diciendo que había formado parte del plantel de Independiente que supo conquistar la Libertadores e Intercontinental de 1984. Se hizo pasar por Carlos Enrique y así fue como los cariocas cayeron en su juego y lo ficharon.

Allí jugó durante un año hasta que otro equipo de Río decidió ficharlo, el Flamengo. Esto sucedió gracias a que una de las estrellas del mengao, Renato Gaucho, también era amigo del Káiser.

En total, Raposo pasó por Botafogo, Flamengo, Fluminense, Vasco Da Gama, América FC y Bangú (todos de Brasil); AJ Ajaccio (Francia), Puebla (México) y El Paso Patriots (EEUU). Jugó 5 partidos y anotó un solo gol, pero se dio el gusto de convivir con estrellas como Ricardo Rocha, Edmundo, Renato Gaúcho, Romario, Branco, Bebeto y Carlos Alberto Torres, entre otros.

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