Hace casi tres años, el Hospital Garrahan comenzó el primer estudio científico con aceite de cannabis para niños y niñas que padecen diferentes tipos de epilepsias refractarias.
En la investigación, que ya fue publicada internacionalmente, los médicos lograron que más de un 80% de los casos pueda mejorar su calidad de vida afectada por las múltiples convulsiones diarias que tenían.
Por eso, el Ministerio de Salud de la Nación entregó el primer lote de aceites a la unidad pediátrica más importante del país para que estos chicos puedan continuar con su tratamiento.
Se tratan de distintas epilepsias farmacorresistentes, con convulsiones asociadas con el síndrome de Lennox-Gastaut, de Dravet y Esclerosis Tuberosa
Los frascos de 35 ml de solución oral son parte de la primera entrega que hace la cartera dirigida por Carla Vizzotti, en el marco del Programa Nacional de Cannabis Medicinal, a cargo del Dr. Marcelo Morante.
Este lote servirá para cubrir el tratamiento gratuito de los pacientes durante los próximos 14 meses.
Luego, el Estado volvería a suministrar el aceite de cannabis. Aunque en ese momento, probablemente ya se trate de una industria nacional.
En cuanto al origen de este primer lote, desde el Garrahan detallan que la materia prima, en formato de extracción, se importó desde Suiza y que el producto final fue elaborado por el laboratorio local Alef Medical Argentina. Es lo que el marco legal vigente permitió, explican.
Su composición es mayoritariamente de CBD. “No el 100%, pero casi”, aclararon desde el hospital a todos los medios.
Mientras que la denominación del medicamento local es “Convupidiol”, el cual tiene grado farmacéutico, purificado y es altamente concentrado, en una proporción de 100 mg por ml.
“Luego de terminar el estudio en este hospital tan emblemático, teníamos la necesidad y obligación de otorgarle a los pacientes sin cobertura la continuación del tratamiento”, comentó Roberto Caravallo, jefe del servicio de Neurología del Hospital Garrahan.
Caravallo comenzó con el estudio con estos niños que lograron reducir en un 60% sus episodios de crisis epilépticas.
Caravallo explica que “las epilepsias refractarias son aquellas que no responden a los tratamientos, sean farmacológicos o no. Son aquellas que, con la presencia de las crisis, epilepsias o convulsiones, llevan a un deterioro y una alteración funcional: el cerebro no funciona bien”.
Sin embargo, gracias al tratamiento con la formulación a base de cannabis, Caravallo pudo ver cambios significativos en sus pacientes. En el estudio que comenzó en 2018, 80% de los casos estudiados dieron respuestas positivas y el 60% tuvo una reducción significativa de sus crisis.
“El niño pasa a ser otra personita: cambia sustancialmente su calidad de vida y la de su entorno”, explicó el doctor para finalizar.