Chase Robinson, ex vicepresidenta de producción y finanzas de Canal Production, la empresa de Robert De Niro, ha sido demandada por sus antiguos jefes, por una suma de 6 millones de dólares. La sanción se debe a que la funcionaria le dedicaba demasiado tiempo a las series y, a su vez, por gastar sumas exorbitantes con fondos de la empresa.

Esta mujer cumplía un rol enorme en la empresa y, asimismo, era la encargada de supervisar que el resto de los empleados hiciera su trabajo y cumplieran sus deberes. Aun así, en vez de realizar su labor, ella estaba prendida a Netflix haciendo maratón de series como: “Friends”, “Arrested Development” y “Schitt’s Creek”.

Sumado a eso, Robinson hacía un uso desmedido del dinero de la empresa para gastos personales injustificados: en dos años gastó 12.696 dólares en el restaurante Paola’s, 8.923 dólares en la cafetería Dean y Deluca y en Whole Foods, y un total de 32.000 dólares para Ubers y taxis.

El salario de Robinson ascendía a 300.000 dólares en 2019, aunque claramente no le alcanzaba para sus pretensiones.

El pasado abril, Chase Robinson renunció a su cargo Canal Production. En ese momento, redactó una carta de recomendación para que De Niro firmara, pero esto nunca pasó y envió un mail donde calificó como «ridículas» las especulaciones a las que se estaban sometiendo sus excesivos gastos.

Hoy se encuentra frente a una demanda millonaria por malversación de fondos y deslealtad.