Educación

Los jóvenes y la educación en Argentina

El sistema educativo nacional ha estado en tensión desde hace ya años, se debaten temas como presupuestos, planes de estudios, programas de evaluación etc. Diversos actores han brindado su opinión en el asunto, desde docentes, rectores, sociólogos, investigadores, políticos. Aun así, históricamente una voz era callada, una principal, y que hace unos años se animó a hablar con más fuerza: los estudiantes.

A lo largo y ancho del país las escuelas sufren contrariedades similares. En los centros urbanos y la periferia, más allá de los diversos contextos socioeconómicos, las jóvenes coinciden en un punto: la educación está en crisis y debe sufrir un proceso de transformación urgente.

La gran mayoría de las aulas del país todavía no se lograron modernizar las herramientas de estudios. Se continúan implementando sistemas propios de otros siglos y programas que ideados en ideologías ya caducas.

Te sacas un 7, aprobado. Te sacas menos, vas a diciembre. ¿Qué significan estos números? ¿Qué materias se dan y cuáles no? ¿Qué piensan los estudiantes? ¿Estudian por qué quieren o por obligación?

Según informó el Ministerio de Educación de la Nación, el 46,4% de los alumnos de 5° y 6° año del secundario no comprende un texto básico, mientras que el 70,2% no puede resolver cuentas o problemas matemáticos sencillos. Según cifras oficiales la mitad de los estudiantes secundarios no egresan en tiempo y forma.

Los métodos de enseñanzas son obsoletos, falta un proceso de aggiornamiento que cuenta de las herramientas tecnológicas y se apropie de los dispositivos de las nuevas generaciones.

Los chicos que asisten al colegio se están animando a manifestarse y contar su visión acerca de la enseñanza actual. Frustración, miedo, ansiedad y angustia. Esas son algunas de las sensaciones que los adolescentes transmiten sobre lo que sienten en las escuelas de Argentina.

Las nuevas generaciones piden hacer hincapié en un aprendizaje participativo. Asimismo, exigen llegar al conocimiento desde la práctica, el pensamiento crítico, la reflexión y el debate. A su vez, quieren que su voz sea escuchada y poder participar de los espacios de toma de decisiones de aquellos temas que les incumben.

Sobre esto, es importante que la escuela no sea una burbuja aislada de la realidad. Deben tocarse y analizarse las problemáticas sociales que nos atraviesan. Como sucede ahora con el debate sobre la Ley de Educación Sexual Integral (ESI).

Vale destacar, la noticia de que hace unos días, en el sur del país, una joven se animó a denunciar a su padre por abuso sexual luego de que participó de una clase de educación sexual en su colegio.

Se podría aventurar que desde el año 2004 quizás, en adelante, la juventud comenzó a vivir un proceso de repolitización, tras las nefastas secuelas del menemismo en la Argentina. Ahora, los jóvenes, como actores políticos reales, buscan discutir, debatir, luchar por el lugar que les corresponde. No se debe hacer oídos sordos a sus reclamos y el sistema educativo debe convertirse en un espacio de apoyo y fomento para esas voces.

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