Jóvenes pertenecientes a un colegio privado de Nordelta se quedaron sin WhatsApp, porque la aplicación los bloqueó, luego de cambiar el nombre del grupo por el de “Child Porn” (pornografía infantil).
Los afectados son sesenta, entre chicas y chicos. El cambio es parte de un desafío entre adolescentes de distintas escuelas y que ya se repitió en otros países como Chile. Lo que parece una broma se convierte en un tema grave, que pone a los alumnos al borde de una investigación judicial por presunta distribución de pornografía infantil.
Lo sucedido comenzó a difundirse por mensajes de audio entre grupos de “mamis y paps” de diferentes colegios para alertar sobre las consecuencias del reto.
En Estados Unidos hay una ley federal que exige que cuando sus clientes comparten imágenes de pornografía infantil o expresiones relacionadas a ese delito tienen la obligación de denunciarlos. Tienen programas que detectan las palabras clave, que ponen en alerta al National Center for Missing and Exploited Children (Centro Nacional para chicos desaparecidos o explotados) http://www.missingkids.com/ , que es una ONG muy reconocida, y que tiene un convenio firmado en 2013 con el Ministerio Público Fiscal de CABA.
El delito de distribución de pornografía tiene una pena de 3 a 6 años de prisión.