Sociedad

La raíz de nuestra inteligencia: La Lectura

Imagen: Freepik
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Al momento en que advertimos disconformidad con algún punto o área de nuestra vida en que no estamos siguiendo el rumbo que deseamos seguir, y entonces vemos que es necesario generar nuevos hábitos que mejoren nuestra calidad de vida, hay paquetes de soluciones a los que casi que en automático acudimos. Pero… ¿realmente son soluciones?

Así es que, si nuestra disconformidad se manifiesta en el área de la salud, en seguida evaluamos nuestros hábitos alimenticios y/o cuánto ejercicio físico hacemos a diario; si es en lo económico, nos esperanzamos en mejorar nuestro puesto de trabajo, si es que ya tenemos, o sino en conseguir uno nuevo y mejor y hay hasta quienes entienden que las soluciones les llegaran de las decisiones políticas del gobierno de turno; si es en nuestras relaciones, ya sea en el amor o en la amistad, vemos los grupos con los que nos relacionamos o los lugares que visitamos comúnmente y qué podemos cambiar en todo eso; si nos sentimos muy estresados o agobiados, hacer un viaje nos parece una gran solución; y así podemos seguir y hacer una larga lista de posibles disconformidades y las diferentes “soluciones” que en seguida surgen en nuestra mente o que también nos las ofrecen por todos lados (sí, a las “disconformidades” también nos las ofrecen). Pero lo que no suele surgirnos naturalmente ni tampoco suelen aconsejarnos quienes con muy buena voluntad pretenden ayudarnos en esos momentos, es mirar hacia nosotros mismos e interrogarnos si estamos conformes o no con lo que vemos, con nuestro propio desarrollo, y no solo con el afuera. Siendo que, en definitiva, todas las áreas de nuestra vida tienen una raíz fundamental: uno mismo.

Hay muchas disciplinas y/o doctrinas de toda índole que pueden ayudarnos al respecto, aunque unas mucho más eficaces que otras, claro está. De todas maneras, ese es un tema que lleva su desarrollo y será muy interesante abordarlo en otro momento dedicándole el tiempo y espacio que se merece, ver qué disciplinas o doctrinas de las más importantes son más eficaces que otras y por qué. Esta vez, en lo que queremos poner foco, es en un hábito muy práctico y sumamente eficaz, y que muy afortunadamente en estos tiempos está al alcance de todos.

Durante más de dos décadas, el equipo de investigación del psicólogo Mark Taylor analizó los hábitos y actividades de casi 20.000 jóvenes con ánimo de conocer qué actividades predecían, en este caso, el éxito profesional al cumplir 30. Tal vez curiosamente para algunos, ninguna práctica extracurricular –como hacer deporte o ir al cine– lograron tener un impacto significativo en el éxito profesional. Lo que sí lo tuvo, es: La Lectura. Los resultados de la investigación demostraron que quien fue un ávido lector en su adolescencia tiene más posibilidades de triunfar en su madurez. Las mujeres que a los 16 años leían libros por puro placer tenían el 39% de probabilidades de alcanzar un puesto de gerencia frente al 25% de las mujeres no lectoras. Para los hombres, que suelen tener más posibilidades de llegar a altos puestos directivos, la cifra pasaba de un 48% entre quienes no leían a los 16 años, a un 58% entre los que sí lo hacían.

Pero los beneficios del hábito de leer no se reducen solamente al impacto significativo en el éxito profesional, lo que no es poco; sino que alcanzan muchas más áreas de nuestra vida ya que, tal como lo dijimos y como lo veremos ahora, nos mejora a nosotros mismos y desde ahí a cada área en nuestra vida.

Leer favorece a la concentración y la empatía, puede reducir los niveles de estrés en un 68%, incluso más que escuchar música o ir a pasear, y previene la degeneración cognitiva, bajando muchísimo las probabilidades de padecer enfermedades tan terribles como lo es por ejemplo el alzhéimer. También, lejos de la imagen solitaria e introvertida con la que se identifica al lector, lo cierto es que las personas lectoras desarrollan más sus habilidades comunicativas, ya que al enriquecer el vocabulario y mejorar la sintaxis y la gramática; aprende a hablar adecuada y justamente.

Es la lectura la raíz etimológica de la inteligencia (leer entre líneas).La capacidad lectora modifica el cerebro”, afirma el neurólogo Stanislas Dehaene, catedrático de Psicología Cognitiva Experimental del Collège de France en su libro Les neurones de la lecture (Odile Jacob). Es así: hay más materia gris en la cabeza de una persona lectora y más neuronas en los cerebros que leen. El neurocientífico Alexandre Castro-Caldas y su equipo de la Universidad Católica Portuguesa lo demostraron en uno de sus estudios, junto a otro curioso dato: comparando los cerebros de personas analfabetas con los de lectores, se verificó que los analfabetos oyen peor.

Mientras leemos un texto, el hemisferio izquierdo de nuestro cerebro está trabajando a alta velocidad para activar diferentes áreas. Nuestros ojos recorren el texto buscando reconocer la forma de cada letra, y nuestra corteza inferotemporal, área del cerebro especializada en detectar palabras escritas, se activa, transmitiendo la información hacia otras regiones cerebrales. Y a este complejo proceso nuestro cerebro lo repite constantemente mientras estamos leyendo un texto.

Un informe hecho en marzo de este año, por la plataforma Picodi sobre dónde, cuándo y para qué los argentinos compran libros, nos revela lo siguiente.

Al momento de comprar libros, el 40 % de los argentinos encuestados lo hace en tiendas. Con menos frecuencia los prestan en bibliotecas (7%) o los intercambian con sus amigos (19%). Y además, puede preocupar que el 34% no dedica tiempo a leer, tendencia creciente desde hace ya algún tiempo. Son en porcentaje más las mujeres (71%) las que admitieron comprar al menos un libro durante el último año, mientras que de los hombres solo el 53%.

Los argentinos usualmente compran libros a partir de sus propias preferencias (49%) o de la recomendaciones de amigos (49%). La adaptación de un libro (18%) y el buen precio (36%) también desempeñan un papel importante al hacer la compra. Gracias a la creciente popularidad de Internet y las redes sociales, las opiniones de blogueros (18%) son uno de los factores principales al momento de tomar una decisión.

En cuanto al precio de los libros, tenemos diferentes opiniones. La mayoría de los encuestados, 44%, piensa que los precios son adecuados mientras que para otro 21% los precios son bajos. El 35% opina que los precios son demasiado altos o excesivos.

Hay muchos motivos por los que se compran libros. Según la encuesta, la mayoría de los lectores lo hace por amor a la lectura (50%). El 12% los compra como regalo y el 26% los necesita como herramienta de trabajo. Además, hay personas que usan la compra de libros como un remedio contra el estrés (12%).

Aún así, también se puede ver lo poco conscientes que somos de todos los beneficios que estamos comprando al momento de comprar un libro y leerlo. Ya que si percibiéramos la importancia de la lectura, muchas probabilidades habría de que dediquemos a diario tanto tiempo como el que se merecen las cosas importantes de nuestra vida y que la mejoran mejorándonos a nosotros mismos.

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