Si bien para los argentinos Federico, el hijo de Mónica Ayos, mantiene un perfil bajo, en México es otra cosa. Es que el joven de 33 años es considerado uno de los galanes de aquel país, ya que partió a probar suerte a los 18 años y logró afianzarse para dedicarse a lo que más le gusta.
En medio de una familia ensamblada, desde muy joven decidió buscar suerte en México, por lo que partió con una mochila repleta de sueños y el objetivo de seguir formándose como actor. Fue así como con mucho empeño logró asentarse y formar su propia carrera internacional.
Es que a sus 33 años, Federico Ayos se convirtió en un galán mexicano que no sólo participa como actor, sino que también hace las veces de modelo. Es por eso que despertó el amor de su madre, Mónica Ayos, al ver que logró seguir sus pasos. Para colmo, no se cierra sólo en eso, ya que también se desempeña como músico, dado a que toca la guitarra y canta.
Hace un tiempo, Federico Ayos contó cómo fue su adaptación en México y los momentos más duros que debió transitar: “Fue complicado, tuve mil crisis. Quise volver a Argentina muchas veces, en especial durante los primeros meses. ¡No conocía a nadie! Cuando entré a estudiar actuación en el Centro de Educación Artística de Televisa, empezó a cambiar todo porque conocí gente que son mis amigos hasta hoy”.
En diálogo con La Nación, habló sobre el momento que todo se le hizo cuesta arriba: “Me costó mucho conseguir mi primer trabajo. Ahí conocí la profesión realmente, cuando empecé a lidiar con los repetidos “no”, con ir a dejar mi currículum y que me digan “gracias”, casi sin mirarme. Ese rechazo me hizo mentalmente fuerte, y me hizo desarrollar seguridad y confianza para que no me afecte”.
Sin embargo, más allá de las dificultades, el hijo de Mónica Ayos logró asentarse en aquel país. Es que en las últimas semanas terminó con las grabaciones de Mi Amor Sin Tiempo, un éxito en aquel país. Además, en los últimos años también fue parte de Médicos, línea de vida, Te acuerdas de mí, Amor dividido, Pienso en ti, entre otros.
De esta manera, Federico Ayos expuso cómo el vínculo con su madre desde pequeño le sirvió para inclinarse por esta forma de vida: “Mis primeros pasos fueron vivir muy de lleno la profesión junto a mi mamá. Correr de acá para allá en los sets y en los teatros hizo que fuera muy normal para mí. Además, me gustaba llamar la atención. Recuerdo salir a saludar con ella al final de las funciones. Era una sensación increíble; me llenaba de adrenalina, era algo que quería en mi vida”.