Sociedad

Buscan modificar el yoga por denuncias de abuso

En los últimos años, de la mano de la fuerza que los movimientos de mujeres han generado en distintos ámbitos en todo el mundo, esas voces se están alzando también en el yoga, y están planteando cambios de hábito y herramientas para que tanto ellas como los hombres puedan aprender a detectar, prevenir y hasta escapar de esas situaciones.

De esta forma, elaboran nuevos códigos sobre cómo plantear el contacto y los ajustes –las modificaciones físicas que el profesor puede ejercer sobre el alumno para ayudarlo a conseguir la asana (la postura) que se trabaja–, contribuyendo a un entorno más cómodo y protegido.

El estreno del documental Bikram: yogui, gurú, depredador, en Netflix, pone palabras a algunas de esas víctimas y rostro a uno de esos maestros “que usan el poder del yoga para manipular, dominar y hacer el mal”, como dice una de las entrevistadas.

En el país, son muchas las que están rompiendo con esos espacios de abuso. El año pasado, primero en redes y luego con encuentros presenciales, distintas mujeres se agruparon y armaron espacios para acompañarse en el trance de animarse a hablar.

“A partir de los encuentros han aparecido otras que aún no se animan a hacer la denuncia judicial pero nos escuchamos entre todas”, cuenta Clara, una instructora que fue víctima de un maestro y cuya causa está en pleno desarrollo, y que formó a través de Facebook un movimiento al que bautizó Basta de Abusos en el Yoga. También existe otro, denominado Yoguinis Organizadas.

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