De pronto, una amnesia colectiva se apoderó del gobierno libertario. En los papeles se declaman enemigos de la regulación, pero en la práctica regulan el precio del bien más preciado: el dólar. Y ahora también pretenden regular la información, mediante denuncias a periodistas.
La memoria parece fallarles seguido.
• El propio Presidente no sabía que $LIBRA podía ser una estafa.
• Karina no se dio cuenta que pedir un 3 por ciento es un acto de corrupción.
• Spagnolo se olvidó que tenía la obligación de denunciar ante la justicia si alguien se llevaba el 8 más el 3.
• Espert nunca supo que Fred Machado es narco.
• Karina no sabe que los Menem son Menem “de sangre”.
• Ritondo, con más departamentos que RIMAX, se olvida de declararlos.
Y, claro, todo es una operación política de los K.
Curioso, porque las denuncias también aparecen en La Nación y TN.
Veamos: es difícil imaginar a CFK con la clave del celular presidencial y lanzando $LIBRA para perjudicarlo. Mucho menos que, tras esa “maldad”, Milei se haya llenado de millones.
Cristina habría contratado a Talerico para que imitara a Spagnolo, grabara un audio acusando a Karina de quedarse con el 3 por ciento de la discapacidad y lo difundiera.
El gobierno, como si cumpliera un guión, terminó echando a Spagnolo. Visionaria CFK, ¿no?
Karina, mientras tanto, se quedó más muda que el ayudante del Zorro.
Ya se sabe: la que calla, otorga.
Después desde San José 1111 se puso a editar una foto de Espert (bala o cárcel para los chorros de gallinas, pero presunción de inocencia para narcos) junto a Machado, detenido en Estados Unidos por lavado de dinero y narcotráfico.
La supuesta operación kirchnerista se completó con una Fátima Flores disfrazada de candidato bonaerense agradeciendo por el préstamo de un avión narco, y con un depósito de 200 mil dólares de Machado a Espert, validado nada menos que por la justicia norteamericana.
Al parecer, el poder de Cristina llega hasta allá. Aunque no puede con la más corrupta: la justicia argentina.
El libreto es tan delirante que ni Spielberg se animaría.
Lo cierto es que el gobierno no solo carece de dólares y de empatía: también le falta creatividad. Aburre con la muletilla de culpar a los K por todo. Se vuelve poco creíble.
Porque lo que en realidad hacen es tomarnos por tontos.
Y vaya un consejo: los argentinos podremos ser medios pelotudos… pero cada tanto votamos, a veces No tanto.