El presidente Javier Milei convirtió la presentación de su nuevo libro “La construcción del milagro” en el Movistar Arena en un espectáculo de luces, música y consignas partidarias, en el que se mezclaron cantos contra Cristina Kirchner, discursos sobre política internacional y frases que encendieron la polémica.
Durante su discurso, Milei sostuvo que “es un espanto tener 12 millones de pobres, pero es mejor que lo que teníamos antes”, intentando mostrar una mejora de la situación social pese a los altos niveles de desigualdad. También reconoció que “sigue siendo doloroso tener un 7 por ciento de indigentes”, pero insistió en que “hay seis millones de argentinos que antes no comían y hoy sí comen”.
Envuelto en la bandera de Argentina, Javier Milei cantó el Himno Nacional.https://t.co/UgSv4IW2UV pic.twitter.com/dmr89sT4IM
— Corta (@somoscorta) October 7, 2025
La presentación combinó un tono celebratorio con una narrativa épica, en la que el mandatario buscó reafirmar su liderazgo político. A lo largo del acto, atacó con dureza al kirchnerismo: “Cristina en tobillera”, exclamó, generando cánticos de su militancia: “Tobillera, Cristina tobillera”.
En otro pasaje, aseguró: “El kirchnerismo pudo ganar un round, pero no la guerra”, mientras el público respondía con consignas agresivas.
El presidente también dedicó parte de su discurso a temas internacionales. Ratificó su respaldo a Israel y repitió que “es el bastión de Occidente”, mezclando su posición diplomática con una visión ideológica del conflicto: “Los terroristas y la izquierda están juntos porque buscan destruir el mundo occidental”.
Entre aplausos y luces de escenario, Milei volvió a prometer el fin de la inflación: “No vamos a emitir un solo peso más. Para mitad del año que viene, la inflación será un problema del pasado”.
El evento, que incluyó una banda en vivo y un cierre con el mandatario envuelto en la bandera argentina, fue presentado como un “acto cultural”, aunque tuvo todos los condimentos de un relanzamiento político: épica, consignas militantes y ausencia total de autocrítica frente a los datos de pobreza e indigencia que el propio gobierno difundió semanas atrás.