 
					El último informe “Ventas y Consumo” de la Universidad de Buenos Aires (UBA) reveló una radiografía preocupante de la economía cotidiana: mientras el gobierno de Javier Milei celebra sus resultados electorales, la mayoría de los hogares argentinos enfrenta una pérdida constante del poder adquisitivo y una creciente dependencia del crédito para cubrir gastos básicos.
De acuerdo al estudio, las ventas en autoservicios mayoristas se desplomaron un 8,4 por ciento interanual en agosto, y los supermercados apenas lograron un incremento del 0,34 por ciento, con una baja mensual del 0,23 por ciento. En términos acumulados, desde diciembre de 2023 las ventas mayoristas cayeron 35 por ciento y las de supermercados 27 por ciento, marcando una retracción persistente del consumo interno.
🔴 SEGÚN LA UBA, CAEN LAS VENTAS Y SUBE EL ENDEUDAMIENTO: EL CONSUMO ARGENTINO SE SOSTIENE A TARJETA DE CRÉDITO#ArribaAmérica @guillermofavale pic.twitter.com/UyyX02u2Xn
— América TV (@AmericaTV) October 30, 2025
Aunque la inflación comenzó a desacelerarse, los ingresos reales siguen por debajo del nivel de precios, lo que golpea el bolsillo de millones de familias. En este contexto, el crédito se volvió un salvavidas: el uso de tarjetas de crédito en supermercados pasó del 39 por ciento al 45 por ciento de las operaciones entre diciembre de 2023 y fines de 2025, desplazando al débito (de 34 por ciento a 26 por ciento) y al efectivo (de 20 por ciento a 16 por ciento). Las billeteras virtuales duplicaron su participación, del 7 por ciento al 13 por ciento.
El informe señala que esta expansión del crédito no responde a una búsqueda de beneficios o promociones, sino a la necesidad de endeudarse para llegar a fin de mes. La compra de bienes durables se desplomó y las familias priorizan alimentos y artículos de primera necesidad.
“La economía argentina muestra una aparente estabilidad macroeconómica, pero con un deterioro profundo del consumo y una dependencia estructural del endeudamiento doméstico”, concluye el documento.