El cierre del ciclo lectivo volvió a traer a Rosario uno de los rituales más característicos de cada año: el Azo, la celebración con la que los estudiantes de cuarto año del nivel secundario marcan el inicio del tramo final rumbo a su último año escolar.
La jornada tomó impulso este jueves, luego de una semana con menos actividad debido al fin de semana largo, y convocó a cientos de adolescentes en el Patio Cívico del Monumento Nacional a la Bandera, un punto que se transforma en epicentro de festejos juveniles en estas fechas.
Desde primeras horas de la mañana, grupos de distintas escuelas llegaron al Monumento con sus remeras, carteles y banderas para cerrar una madrugada de celebración. Si bien cada curso llevó su propia impronta en horarios y puesta en escena, todos coincidieron frente al río Paraná, donde el Azo volvió a consolidarse como una tradición que mezcla entusiasmo, identidad escolar y el sentimiento de “estar más cerca del final”.
El operativo se desarrolló sin incidentes, y la postal de la mañana rosarina dejó otra vez la imagen de decenas de jóvenes celebrando en uno de los espacios más emblemáticos de la ciudad.