El conflicto entre Wanda Nara y su exsecretaria Luli Oliver escaló a niveles inesperados después de que trascendiera una demanda millonaria presentada por la joven, quien asegura haber trabajado “en negro” por 1.500.000 de pesos y luego registrada con un sueldo de 1 millón de pesos, hasta su despido sin cobrar el último mes. Ahora reclama 29 millones de pesos.
Wanda, lejos de bajar la tensión, salió a contestar. En mensajes enviados a Yanina Latorre desde WhatsApp, negó cualquier irregularidad y aseguró que el conflicto “ya tuvo sentencia” y que ella ganó el juicio. Además, apuntó directamente contra su exempleada: “La eché porque se dedicaba a otras cosas que no le pedía. Tiene firmado confidencialidad. Se le viene algo muy grande, lo lamento”, sostuvo.
📢 HABLÓ LA ACTUAL SECRETARIA DE WANDA
— América TV (@AmericaTV) November 19, 2025
💬 "Esta chica quería fama desde el minuto 1"
💬 "Empezó a creerse más amiga que secretaria"
Cc #SQP #SálveseQuienPueda @yanilatorre pic.twitter.com/Bf5CQbxel6
Pero del otro lado, la respuesta llegó rápido y con munición pesada. Luli, en contacto con Majo Martino, aseguró que nunca firmó un acuerdo de confidencialidad ni recibos de sueldo, y lanzó una bomba que reavivó viejos rumores: “Tengo todos los chats de ella y Mauro desde 2019, tenía abierto todo su Instagram”, afirmó.
Y como si eso fuera poco, confirmó el famoso mensaje que Wanda le habría enviado a Enzo Fernández, tema que siempre generó especulación.
La exsecretaria también aprovechó para desmentir la versión de Nara sobre la supuesta búsqueda de fama: “¿Yo quiero fama? Tengo todo”, lanzó, dejando en claro que está dispuesta a hablar si Wanda la sigue mencionando públicamente.
En paralelo, Nara aseguró que su exempleada doméstica también perdió un juicio reciente y que los reclamos mediáticos responden a “gente mal agradecida”. Ratificó que su contador “de hace 20 años” respalda todas sus gestiones laborales.
Con amenazas cruzadas, acusaciones de irregularidades y la promesa de chats explosivos que podrían complicar a Wanda y a Mauro Icardi, el conflicto quedó más encendido que nunca.