Un amplio análisis realizado en Estados Unidos detectó un aumento sostenido de dificultades cognitivas en adultos jóvenes, especialmente en recordar, concentrarse y tomar decisiones. La tendencia se registra desde hace más de una década y fue confirmada mediante millones de encuestas poblacionales, procesadas por investigadores de las universidades de Utah y Yale.
Los especialistas señalan que el fenómeno afecta con mayor fuerza a quienes viven en desigualdad estructural, enfrentan contextos económicos adversos o están sometidos a altos niveles de exigencia laboral, elementos que pueden afectar la salud mental y el rendimiento cognitivo en edades tempranas.
Además, el estudio advierte que esta curva ascendente se superpone con las secuelas del COVID-19, tanto físicas como emocionales. Los investigadores describen un escenario multifactorial que continúa evolucionando, donde confluyen cambios sociales recientes, incertidumbre económica y mayor estrés cotidiano.
Para los autores, observar y comprender esta tendencia es clave para diseñar políticas de salud pública, educación y trabajo que protejan el bienestar cognitivo de las nuevas generaciones.