La australiana Ariella Nyssa tiene 22 años y ningún complejo con su cuerpo. El hecho de mostrarse en las redes tal como es, sin retoques, sin poses que la favorezcan, le valió la admiración de miles de seguidores en todo el mundo. Hoy, es una influencer más real que virtual, que comparte imágenes libres de edición, dejando a la luz su celulitis y kilos de más.
Aunque los haters están a la orden del día, y a veces la critican, a ella le resbala. Su intención es generar conciencia para que todas las mujeres se den cuenta de que los “rollitos en la panza” o la cola grande son aspectos de la figura que no deberían esconder.
En esa lucha por reivindicar la personalidad de cada uno, le tocó atravesar una situación que se suele dar con frecuencia: tras ofrecerse a trabajar en una reconocida tienda de ropa, la rechazaron por su talla, aunque los dueños argumentaron que no buscaban gente en ese momento. Días después, se enteró de que habían contratado a una amiga suya, que tiene medidas más pequeñas.
La cuestión es que a pesar de la discriminación que aún existe en la sociedad, Ariella sigue adelante con su idea de motivar a las mujeres a que se acepten tal cual son, en lugar de aspirar a satisfacer la mirada colectiva.