Ver esta publicación en Instagram No dormí en toda la noche. Me puse a ordenar una casa que no es mía pero es la que estoy habitando ahora por tiempo indefinido, así que estoy en eso de ponerle un toque de amor. Ordenando encontré una caja con algunas cosas mías y sentí una felicidad que no conocía. La cuarentena me agarro apenas llegada de un viaje y con lo justo, tres o cuatro remeras, jogging y mi compu, y ya pasó mucho tiempo desde que no estoy en mi casa y en contacto con mis cosas. Podría contarles las reflexiones que me merece todo el asunto, el de pasar todos estos días con lo mínimo indispensable y ya. La de emocionarme por tener un solo libro que me interesa en mano frente al acostumbramiento casi desdeñoso con el que viví hasta ahora teniendo mi biblioteca entera a disposición. Se siente bastante Mili Pili de mi parte. No tengo algo para enseñarle a nadie sobre esta situación, a duras penas me cae alguna ficha a mi, de vez en cuando. No puedo extraer ninguna máxima universal que sirva y conmueva a todos porque cada uno está viviendo esto de formas muy distintas, en realidades complejas que desconozco aunque algunas intuyo. Lo único que puedo compartir con ustedes es el deseo genuino de que estén bien, en el espacio donde esto los haya encontrado, y que ojalá hayan descubierto algún refugio donde tener un ratito de paz en medio de todo esto. Si no lo encontraron, acá estoy, trasnochada y recién bañada, tirándoles la labial-señal para que lo hagan. Codazos en cuarentena día mil. Una publicación compartida de LA DE LOS LABIALES (@femigangsta) el 19 Abr, 2020 a las 5:56 PDT
No dormí en toda la noche. Me puse a ordenar una casa que no es mía pero es la que estoy habitando ahora por tiempo indefinido, así que estoy en eso de ponerle un toque de amor. Ordenando encontré una caja con algunas cosas mías y sentí una felicidad que no conocía. La cuarentena me agarro apenas llegada de un viaje y con lo justo, tres o cuatro remeras, jogging y mi compu, y ya pasó mucho tiempo desde que no estoy en mi casa y en contacto con mis cosas. Podría contarles las reflexiones que me merece todo el asunto, el de pasar todos estos días con lo mínimo indispensable y ya. La de emocionarme por tener un solo libro que me interesa en mano frente al acostumbramiento casi desdeñoso con el que viví hasta ahora teniendo mi biblioteca entera a disposición. Se siente bastante Mili Pili de mi parte. No tengo algo para enseñarle a nadie sobre esta situación, a duras penas me cae alguna ficha a mi, de vez en cuando. No puedo extraer ninguna máxima universal que sirva y conmueva a todos porque cada uno está viviendo esto de formas muy distintas, en realidades complejas que desconozco aunque algunas intuyo. Lo único que puedo compartir con ustedes es el deseo genuino de que estén bien, en el espacio donde esto los haya encontrado, y que ojalá hayan descubierto algún refugio donde tener un ratito de paz en medio de todo esto. Si no lo encontraron, acá estoy, trasnochada y recién bañada, tirándoles la labial-señal para que lo hagan. Codazos en cuarentena día mil.
Una publicación compartida de LA DE LOS LABIALES (@femigangsta) el 19 Abr, 2020 a las 5:56 PDT