Deportes

Los riesgos ocultos que los deportes de contacto producen en la salud de los más jóvenes

Estudios médicos y especialistas analizaron cómo influyen los impactos en la cabeza en el desarrollo cognitivo y en las lesiones cerebrales a futuro.

Los deportes de excesivo contacto físico, en los que los atletas reciben golpes voluntarios e involuntarios en la cabeza, pueden ser peligrosos para el cerebro y es posible que arrojen secuelas a largo plazo. Muchos son los casos de demencia pugilística en los ex boxeadores o de encefalopatía traumática crónica (ETC) en los ex jugadores de fútbol americano. Por eso no son pocos los médicos que advierten sobre los cabezazos o los golpes severos en el cráneo que sufren los niños en deportes de contacto, incluidos el rugby ​y el fútbol.

Bennet Omalu es el médico que cambió la historia del fútbol americano en Estados Unidos. Es el responsable de demostrar científica y públicamente las secuelas graves que padecían los jugadores de la National Football League (NFL) por los recurrentes golpes en la cabeza que se producen en ese deporte.

El neuropatólogo nigeriano-estadounidense, quien descubrió la ETC, habló con el medio Clarín sobre de los peligros que conlleva para los menores de 18 años la práctica de algunos de los deportes con mayor contacto.

"Los golpes terminan causando daño cerebral permanente, llamado síndrome de encefalopatía traumática (SET). La ETC es una forma de SET. Los adultos mayores de 18 años tienen libertad para hacer lo que quieran, siempre que no causen ningún daño a otro ser humano. Pero no los niños, ya que no han alcanzado la edad de consentimiento", enfatiza el profesional.

"Ningún niño menor de 18 años debe participar en deportes de colisión de alto impacto y alto contacto. Los seis grandes son fútbol americano y australiano, hockey sobre hielo, artes marciales mixtas, rugby, boxeo y lucha libre", agregó el profesional.

En este sentido, Omalu sostiene que no hay forma de hacer que el fútbol americano sea seguro. Asimismo, asegura que necesitamos repensar la forma en que vivimos nuestras vidas avanzando hacia el siglo XXI. Como especie, evolucionamos y cambiamos con el tiempo. La forma en que participamos en los deportes evolucionará y cambiará a medida que nos volvamos más inteligentes a través de la ciencia.

“No veo deportes de colisión sobreviviendo a una o dos generaciones más. Los niños deben practicar deportes sin contacto, sin impacto o con menos impacto y sin colisión. La ciencia está demostrando que incluso después de una temporada de jugar al fútbol (americano), ​​un niño puede sufrir daño cerebral permanente”, afirmó Omalu.

Esta problemática también llegó al fútbol, porque los cabezazos pueden dejar secuelas irreversibles. El licenciado Juan Sorondo, que se desempeña en el Departamento de Neuropsicología del Instituto de Neurología Cognitiva (INECO) y en el Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro, habló con Clarín al respecto.

"En comparación con el choque precipitado entre dos cascos de futbol americano, cabecear una pelota de fútbol podría parecer casi inocuo. Estudios anteriores determinaron que los deportes donde se producen contusiones cerebrales e incluso pérdida de conciencia (como el fútbol americano, el hockey o el boxeo), son capaces de producir trastornos cognitivos a largo plazo. Más allá de esto, recientes investigaciones apuntan a la importancia de que leves golpes en la cabeza de un jugador de fútbol, producidos por cabezazos a la pelota, pueden lesionar el cerebro a un nivel profundo y molecular", aseguró según su conocimiento.

"Los jugadores de fútbol que cabecean la pelota más de 1.000 veces en el año presentaron cambios significativos en la sustancia blanca en tres áreas del lóbulo témporo occipital. Se hallaron pruebas de un número umbral (1.800 jugadas de cabeza) a partir del cual empezaban a manifestarse los efectos negativos sobre la memoria de los futbolistas", continúa Sorondo.

De esta forma, Sorondo confirma que los cabezazos podrían provocar ligeras conmociones cerebrales, incluso si los jugadores no presentan síntomas.

Comentarios