El baterista revela lo que nunca le gustó de la popular banda británica.

La historia de The Beatles tiene muchas particularidades. No solo porque es, para muchos, la banda más grande de la historia, sino porque no siguió las convenciones típicas de una banda de rock clásica como sí hicieron sus contemporáneos The Rolling Stones.

Si pensamos en la duración de la carrera de la banda, esto ya se presenta como una singularidad, pero más llamativo fue el poco tiempo que la banda tocó en vivo. Es conocido el mito de cómo el público enloquecía durante los shows de los Fab Four, con los gritos de las mujeres que eclipsaban el propio sonido de la banda. Mientras la carrera de la banda avanzaba de manera acelerada, la beatlemanía crecía con desenfreno y la situación se volvía cada vez menos manejable para los cuatro.

En 1966 la banda canceló sus giras y se dedicó a una carrera exclusivamente de estudio (una de las razones por las que es tan icónico el show en la terraza avecinando el final). Pero el fin de las giras no fue una mala noticia para todos los miembros: sobre todo para Ringo Starr, quien tenía sentimientos encontrados con el hecho de salir a tocar. "Fue el mejor y el peor momento de mi vida. El mejor porque tocábamos buena música y pasábamos muy buenos momentos. Y el peor porque estar de gira nunca es un placer", expresó el baterista en 1969.

Si bien el aspecto musical no era lo que le disgutaba, era justamente la expresión de la beatlemanía lo que no podía soportar, sumado a la pérdida de la intimidad y la locura desatada en torno a las figuras de los cuatro:

"Tocar siempre era un placer, pero no lo que viene con eso, especialmente para una banda grande como nosotros. Era 24 horas al día sin descanso... con la prensa y la gente peleándose por entrar a tu habitación, escalando por cañerías para tocar a tu ventana. O sea, nunca paraba".

El punto final a la época de giras fue un alivio para Ringo, quien sí disfrutaba el tiempo en el estudio y composición: "Y si hacés muchas giras, con todo eso sucediendo a nuestro alrededor... personalmente me hubiera vuelto loco". The Beatles fue una de las primeras bandas en causar este delirio generalizado, colaborando a la formación de ídolos y figuras pop que ellos fueron dejando de a poco para enfocar su carrera desde otra arista.