La increíble historia del hombre dragón: se puso cuernos, escamas en los brazos y se tiñó la lengua de púrpura

El artista comenzó con este trabajo en su adolescencia y no se detiene. A pesar de todas sus modificaciones, su próximo paso es teñirse las partes íntimas y las encías.

Joshua Burns vive en Vancouver, Canadá, y es reconocido en su país por un particular detalle que lo hace único entre la población: el artista escénico lanza fuego por la boca. Pero eso no es lo más llamativo, ni mucho menos, sino su trabajo constante para transformar su cuerpo. Su único objetivo es verse como un dragón.

Comenzó con el desafío a los 18 con un tatuaje, y un año más tarde se partió la lengua en dos. Hoy tiene 30 años y varias modificaciones en su cuerpo que no dejan de llamar la atención. Hace poco comentó que lleva gastados 15 mil dólares entre las modificaciones corporales y los tatuajes que fueron realizados, según su estadística, en 51 horas.

Entre los cambios más rotundos, se cortó las orejas para que queden puntiagudas, se tiñó la lengua de púrpura luego de cortársela y se insertó cuernos de silicona en la frente. Pese a esto, el trabajo aún no está terminado: desea verse como un dragón en todo su cuerpo.

En una entrevista de hace algunos días afirmó: “Quiero estar ciento por ciento cubierto como un dragón y batir todos los récords mundiales por la mayor cantidad de modificaciones y tatuajes. Pero también quiero lucir estéticamente agradable. Me gusta como estoy ahora, pero cada vez que me hago otro tatuaje u otra modificación me siento más seguro y feliz, y eso me ayuda en mi carrera”.

Al mismo tiempo, comentó que su novia, Tristan Rish, que también tiene realizadas varias modificaciones, lo apoya en su decisión y que le pide que vaya por más. Intentando complacerla, admitió que su próximo paso es colorearse las encías y las partes íntimas.

En el 2017 trasmitió en vivo como le colocaron las escamas en los brazos con un bisturí sin anestesia. “Es tres veces más doloroso que un tatuaje”, explicó. “También me tatué los globos oculares. Me inyectaron un tinte púrpura en una pequeña mancha y luego se extendió alrededor de mis ojos”.

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