“La peor novatada de la historia”. Así es como describen a lo ocurrido en octubre del año pasado en una fiesta de la hermandad Phi Gamma Delta. Allí, Daniel Santulli, un estudiante de 19 años, fue obligado a consumir alcohol por un tubo con la excusa de “presentar lealtad a sus hermanos” y terminó sufriendo un paro cardíaco. Debido al daño, el joven quedó ciego, mudo y paralítico.

David Bianchi, abogado de la familia de la víctima, quiere ahora que la justicia caiga sobre los culpables. Por el momento, dos nuevos acusados fueron identificados y se encuentran muy comprometidos.

Según relató el letrado, el joven estudiante de la Universidad de Missouri, Columbia, acudió a una conocida y cuestionada “fiesta de hermandad”. Durante la noche, sus compañeros le pusieron un tubo en su boca y le obligaron a beber una botella de vodka entera y cerveza.

Tras la broma, Santulli sufrió un paro y fue llevado por sus compañeros hasta el hospital más cercano. “A las 12:28 am, Danny se deslizó parcialmente del sofá y terminó con la cara en el suelo, pero no tenía control voluntario de sus brazos o piernas y permaneció allí hasta que alguien que pasaba por la habitación lo vio y lo volvió a poner en el sofá”, relató Bianchi. “Su piel estaba pálida y sus labios estaban azules, pero nadie llamó al 911″, añadió.