Emprendimientos

Los 4 jóvenes argentinos elegidos entre los mejores innovadores de la región

Son los finalistas del Innovator Under 35, un premio que organiza la revista del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Los proyectos por los cuales son reconocidos.

Hoy se dieron a conocer los finalistas del Innovator Under 35, un premio que reconoce proyectos de impacto de emprendedores jóvenes. Entre los seleccionados en la edición latinoamericana, hay cuatro argentinos: David Trejo Pizzo, Bárbara Tomadoni, Facundo Carrillo y Demian Brener por sus avances en informática, agricultura, salud mental y blockchain.

Los ganadores se conocerán en dos semanas, el próximo 30 de enero en la Ciudad de México. Más allá de que no hay una retribución económica, el premio ayuda a visibilizar los proyectos, a que escalen, por el prestigio del que goza.

La selección llevó un año y estuvo a cargo de una red de jueces especializados en las distintas temáticas. Para participar se abrieron dos vías: que los propios innovadores se postulen o que alguien más los nomine. En total, fueron 2 mil candidatos menores de 35 años que encabezan proyectos en iotecnología y medicina, energía y sustentabilidad, nanotecnología y materiales, software, inteligencia artificial y robótica, computer & electronic hardware, Internet & web, transporte, y telecomunicaciones.

Después de los primeros filtros de selección, a los innovadores se les asigna una categoría entre: Emprendedor, Inventos, Humanitario, Pionero y Visionario. En esta edición, la número 30 de Latinoamérica, México lidera con ocho finalistas y le siguen Argentina, Brasil, Chile y Colombia, todos con cuatro.

David Trejo: Todavía no sabe quién fue el que propuso su nombre para el concurso. Hoy tiene 28 años y siete patentes en su haber. Ellas están asociadas al concepto de “memristors”, una combinación de memoria y resistencia, que se propone emular una red neuronal de computadora. Hace dos años lo persigue una obsesión: fabricar un chip diminuto, de 45 nanómetros, que le permita la máxima potencia posible sin que colapse. Es un trabajo manual que lleva tiempo y paciencia. En el proceso, se le quemaron 700 chips.

Así llegó a lo que hoy define como el primer procesador de IA con “memristors” enfocado a redes neuronales. Está convencido que la informática va hacia la descentralización, que ya no habrá supercomputadoras, y que chips como el suyo se podrán agregar al celular a un bajo costo.

Bárbara Tomadoni, de 299 años, tiene una carrera académica prolífica: se recibió de ingeniera química y de ingeniera en alimentos, terminó un doctorado de tecnología en preservación de alimentos en la UBA y hace dos años está haciendo su trabajo posdoctoral.

Como investigadora del INTEMA, que depende del Conicet, se dedicó a desarrollar una solución al agro y al medioambiente: hidrogeles superabsorbentes para controlar la humedad en los suelos durante las sequías. Esos hidrogeles tienen dos ventajas: son 100% biodegradables, muy por encima de los que hoy se consiguen, y son más baratos porque se obtienen de residuos marinos, su material proviene de las algas.

Facundo Carrillo, 32 años,estudió Ciencias de la Computación e hizo un doctorado en la UBA. Él se interesó por la cognición y a medida que fue explorando, reconoció un campo fértil: a los psiquiatras, además de los análisis subjetivos que ya hacen, les podría ser útil una herramienta de inteligencia artificial para corroborar sus diagnósticos. Con esa premisa, junto a tres colegas, fundó Sigmind. Su marca inició su camino hace un año y medio y tuvo una gran recepción. De hecho, ya ganó el Samsung Innova en noviembre del año pasado. Hasta el momento, tienen pacientes en Buenos Aires, Santiago de Chile y Madrid. Todos ellos usan una app que funciona como un holter: los monitorea durante todo el día. Los pacientes después de cada actividad le hablan al celular y los algoritmos se ponen a trabajar, a analizar esos discursos. Una vez que están los resultados, el informe le llega directamente al médico.

Demian Brener, de 29 años, se recibió como ingeniero industrial en el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA). Lidera OpenZeppelin, una de las empresas líderes en ciberseguridad. Enfocada en blockchain, la tecnología que saltó a la fama durante la fiebre del bitcoin, pero que tiene un sinfín de usos en las áreas más variadas como logística, infraestructura, educación.

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