Luego de mucha insistencia por parte de los concursantes de Gran Hermano, la producción habilitó el ingreso de un animalito. El jueves por la noche llegó Arturo, un perro de poco más de un año que había sido rescatado por un refugio.

Su llegada a la casa fue complicado, pues se lo notó muy asustado. Los chicos lo notaron y respetaron sus tiempos, dejando que poco a poco fuera reconociendo el territorio y ganando confianza. Martin Ku fue uno de los primeros en ayudarlo.

Con cautela, se fue acercando, le dio comida y le hizo caricias que lo ayudaron a perder el miedo y al ratito, Arturo ya lo había adoptado como dueño.

El perrito no se separa del Chino a quien busca permanentemente por toda la casa. De hecho, a la noche entró al cuarto y se recostó sobre su cama, escena que se repitió por todos los ambientes en los que él estaba.

Un vínculo hermoso que podría dar paso a una nueva vida para los dos, pues al terminar la competencia, Gran Hermano le dará la posibilidad de adoptarlo a a uno de los chicos.