Agentes del Servicio Secreto debieron llevar, el viernes por la noche, al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a un búnker en la Casa Blanca cuando cientos de manifestantes se reunieron ante la mansión presidencial. Mientras tanto, algunos individuos de la marcha arrojaban piedras y agitaban las barreras policiales.

De esta forma, Trump pasó casi una hora en el búnker, diseñado para su uso en emergencias, como ataques terroristas. La información fue confirmada por un republicano cercano a la Casa Blanca, que no estaba autorizado a comentar de forma pública cuestiones privadas, y habló bajo condición de anonimato. Asimismo, su versión fue confirmada por un funcionario del gobierno que también habló bajo condición de anonimato, según informan los medios estadounidenses.

Las protestas del viernes comenzaron por la muerte de George Floyd, un hombre negro que murió después de que un policía blanco de Minneapolis le oprimiera el cuello hasta la muerte.

“La Casa Blanca no hace comentarios sobre decisiones y protocolos de seguridad”, indicó el portavoz de la Casa Blanca, Judd Deere. El Servicio Secreto señaló que no comentaba los medios y métodos de sus operaciones de protección. El New York Times fue el primer medio en informar sobre el traslado del presidente al búnker.

El volumen y el rigor de las multitudes han conmocionado al mandatario y a su familia, según la fuente republicana. En un primer momento no estaba claro si la primera dama, Melania Trump, y el hijo de 14 años de la pareja, Barro, se habían sumado al presidente en el búnker. El protocolo del Servicio Secreto habría indicado que todas las personas bajo protección de la agencia fueran al refugio subterráneo.

Por su parte, Trump no apareció en público el domingo. Aun así, el presidente de los Estados Unidos retwiteó el domingo un mensaje de un comentarista conservador instando a las autoridades a responder con más fuerza.

“Esto no va a parar hasta que los buenos estén dispuestos a utilizar una fuerza abrumadora contra los malos”, escribió Buck Sexton, en un mensaje amplificado por el mandatario.

En los últimos días, agentes de la Guardia Nacional y personal adicional del Servicio Secreto y de la Policía de Parques han reforzado la seguridad de la Casa Blanca.