Según trascendió, murió Archie Battersbee, el nene de 12 años que tenía muerte cerebral por un reto viral de Tik Tok que intentó hacer. Ya se sabía hace unos días que se había tomado la decisión de desconectarlo, para que pase sus últimos momentos en paz.

Archie estaba ingresado desde el 7 de abril cuando su madre lo encontró inconsciente con una cuerda atada alrededor.

Luego de que los médicos desconectaran al pequeño, su mamá, Hollie Dance, se paró afuera del hospital y expresó que es la “madre más orgullosa del mundo”. Además, sumó que el nene “luchó hasta el final”.

Durante los últimos meses desde que ingresó al hospital, la familia buscó la vía judicial para impedir que el hospital Royal London, donde el menor permanecía ingresado, retirara los aparatos de respiración asistida al considerar que no había posibilidad alguna de recuperación.

Durante los procesos judiciales, los jueces británicos reiteraron que continuar ofreciendo apoyo vital al niño era “contrario a sus mejores intereses”.

La jueza Lucy Theis, de la división familia del Tribunal Superior de Londres, destacó, al denegar el traslado al hospicio, el “amor incondicional y la dedicación” de la familia y resaltó que esperaba que el niño tuviera la oportunidad de morir en paz “junto a su familia”.

El caso de Archie, que conmocionó a Gran Bretaña, causó mucho revuelo ya que en este caso el pensamiento de los médicos se opone a los deseos de la familia, que manifestaban que querían luchar hasta el final.

Bajo la ley británica, las cortes suelen intervenir cuando padres y médicos disienten sobre el tratamiento de un menor de edad, como lo fue en este caso. Usualmente en estas situaciones, lo que es más conveniente para el niño prima sobre el derecho de los padres de decidir qué es lo mejor para sus hijos.