La sesión en el Congreso de ayer al mediodía, en la que se definió la expulsión del senador Edgardo Kueider, estuvo cargada de tensiones, discursos encendidos y decisiones inesperadas. Las declaraciones cruzadas y la postura cambiante de algunos legisladores añadieron un aire de incertidumbre a una jornada clave para la política nacional.
El senador del PRO, Alfredo De Angeli, fue uno de los protagonistas principales de la polémica. Representando a Entre Ríos, pronunció un encendido discurso en favor de la destitución de su comprovinciano, acusando a Unión por la Patria de haber impulsado su postulación en 2019. "Ustedes lo quieren expulsar porque se pasó de bando, si no lo estarían defendiendo", disparó con vehemencia. Además, aseguró: "Voy a ir por cada uno de los que está procesado y vamos a limpiarlo de corruptos". En su intervención, también reclamó avanzar con la implementación de la ficha limpia: "Para que cuando vayan a presentarse, les digan: 'Vos en política no podés estar'".
A pesar de este enfático reclamó, concluyó asegurando: "Yo voy a votar la expulsión del Senador Kueider, pero sepan, que si no sale, les pido a ustedes que se queden para suspenderlo".
Sin embargo, pese a su discurso, De Angeli sorprendió al votar en contra de la expulsión. Esta decisión, que pareció contradecir su postura inicial, se alineó con la estrategia de la conducción nacional del PRO, liderada por Mauricio Macri. El plan buscaba aprobar únicamente la suspensión y el desafuero solicitado por la jueza Sandra Arroyo Delgado, evitando así que la banca quedara en manos de Estefanía Cora, referente de La Cámpora, quien sería la sucesora natural de Kueider en caso de su destitución.
La votación dejó en evidencia divisiones internas dentro del bloque del PRO. De Angeli no fue el único en votar en contra de la expulsión; también lo hicieron sus colegas Carmen Álvarez Rivero (Córdoba), Andrea Cristina (Chubut) y Martín Goerling Lara (Misiones). Este desenlace genera nuevas incógnitas sobre el futuro de la banca y el papel que jugará la Justicia ante la presentación de invalidez formulada por Kueider.
La jornada no solo expuso las tensiones dentro de las filas del PRO, sino que también dejó una pregunta abierta: ¿hasta dónde llega la coherencia entre las palabras y las acciones en la política argentina?