Con cuidado, con amor, entre todos y todas

Uno de los temas que más fuerza ha cobrado tanto en los reclamos feministas como en la agenda pública nacional es el cuidado y la posibilidad de pensar las tareas del hogar de un modo más equitativo, que no responda a binarismos asociados a una división de géneros.

Apenas asumí mi rol como presidenta de AySA, una empresa en un rubro muy masculinizado, comprendí la necesidad de crear un área especializada en género que proponga la igualdad y rompa con ciertos estereotipos perpetuados durante tanto tiempo. Porque cuando me toca conducir o formar parte de cualquier espacio, siempre lo hago sabiendo que no llego sola, que atrás mío hay un montón de mujeres, un montón de otras identidades, esperando con esperanza que quienes llegamos a los puestos de decisión, no nos olvidemos de las personas que vienen detrás, o de las que están abajo.

No llegué a cumplir los tres meses de mandato, que el aislamiento social por la pandemia de COVID-19 me enfrentó a tomar una decisión fundamental: la de ampliar las licencias por cuidados de una manera paritaria entre todas las personas trabajadoras de la empresa. Es que sentí la urgencia y necesidad de hacer algo con todo el tiempo que las mujeres y feminidades trabajamos de más, y nadie pareciera ver. Sin esos trabajos domésticos y de cuidado que hacemos en un 75% nosotras, no habría mesas servidas, ni chicos en la escuela con el guardapolvo planchado, ni casas más limpias. Eso que muchas veces parece mágico, o que llaman amor, no es más que trabajo no pago, diría la escritora y filosofa feminista Silvia Federici.

Esta frase sumamente política no implica negar que el trabajo de cuidado contenga amor, puede contenerlo, pero esto no debe invisibilizar lo que significa el trabajo: esfuerzo, tiempo y, aunque se haga con muchísimo amor, también padecimiento. Dentro del cuidado amoroso, hay muchas cargas invisibilizadas y es menester que comencemos a generar políticas que nos inviten a pensar cómo todo este trabajo de cuidado puede repartirse de manera tal que cada vez haya menos esfuerzo para nosotras y, en cambio, más redistribución y contención entre todos los integrantes de una familia.

Existen muchas formas de lograrlo. Desde AySA decidimos dar una licencia compartida a aquellas parejas en las que ambos miembros trabajan en la empresa. Esto significa que deben coordinar la rotación de la licencia con la misma carga horaria para ambos. Por ejemplo, una semana cada miembro de la pareja. En caso de tener trabajos en lugares distintos, tomamos cada caso particular y nos comunicamos con el otro ente/empresa/institución para intentar seguir la misma modalidad.

Las estadísticas oficiales nos obligan a tomar conciencia y acción. Según la encuesta de trabajo no remunerado y uso del tiempo publicada por el INDEC en 2014, las mujeres destinan, en promedio, casi 6 horas por día al trabajo de cuidado no remunerado entre tareas domésticas, cuidado de personas dependientes y apoyo escolar, mientras que los varones solo dedican 2 horas diarias a dichas actividades.

Según otra encuesta realizada por UNICEF en octubre del 2020, el 57% de las mujeres en hogares con niños, niñas y adolescentes indicaron sentir mayor sobrecarga en la organización del hogar que al inicio de la pandemia. Y solo 1 de cada 2 trabajadores cuenta con acceso a licencias por maternidad o paternidad.

Resulta evidente la necesidad de que las empresas y los distintos organismos del Estado ayudemos a deconstruir el concepto de que las licencias de cuidado “son solo para las madres". Trabajar la comunicación de las licencias en clave de género es una gran oportunidad para tomar una medida de promoción de la corresponsabilidad en las tareas de cuidado y abrir camino hacia una sociedad más inclusiva e igualitaria.

Promover en los varones el interés de involucrarse en las tareas de cuidado no solo se trata de más derechos para las mujeres, sino también de la posibilidad de construir masculinidades menos tóxicas, en donde el amor, también sea cosa de ellos.

(*) Actual Presidenta de AYSA

Comentarios