La vida de Nahir Galarza en prisión: cuál es la verdad sobre el hombre que la visitó y qué la obesiona

La joven de 22 años aún aguarda que la Corte Suprema de Justicia revea su caso y anule la condena a prisión perpetua por el asesinato de Fernando Pastorizzo. Mientras, afronta una vida carcelaria con pocos privilegios y constantes disputas dentro de la cárcel.

Solo Nahir Galarza es capaz de describir los sentimientos que la atormentan, los padecimientos internos con los que convive y en lo último que piensa antes de irse a dormir. Posiblemente cada uno de estos detalles se los confiese a su entorno, minúsculo y hermético, al cual acceden únicamente sus padres, Yamina y Marcelo, y sus abogados.

A la joven de 22 años la atraviesa una dura realidad. Hace tres años fue considerada por la Justicia culpable de homicidio agravado por el vínculo y el uso de arma de fuego. La sentenciaron a perpetua por matar de dos balazos a Fernando Pastorizzo, en aquel momento su novio, durante la madrugada del 29 de diciembre de 2017. Hoy permanece detenida en la Unidad Penal de Mujeres N° 6 de Paraná.

En la actualidad, Galarza no se aloja en un pabellón común. Está en un sector devenido a celda, en donde anteriormente funcionaba la vieja escuela de talleres del penal. Allí convive junto a dos reclusas, también presas por homicidio. Sin embargo, este ambiente se romperá en el mediano plazo, dado que ambas están cumpliendo el final de su condena y saldrán en libertad. Esta situación la desestabiliza y el futuro la obsesiona.

A principios de julio se viralizaron unas imágenes de ella dándose un beso y abrazándose con Matías Caudana, un recluso que compartió las fotografías en su cuenta de Facebook y le ocasionó un nuevo inconveniente con sus compañeras. El joven, hijo de un hombre condenado por narcotráfico, comentó: “Te amo mi amor, sos la más hermosa. A tu lado quiero estar y acompañarte siempre”.

La versión de su noviazgo con Caudana fue desmentida a los medios. “Las fotos en las cuales ambos se están besando son viejas”, relató una fuente cercana al expediente.

El problema que le surgió a Nahir no fue la viralización de la fotografía sino la versión posterior de que un grupo de reclusas buscaba agredirla. El rumor accionó a las autoridades del penal, quienes llevaron a cabo una requisa en cual se secuestraron los celulares de todas las detenidas. Este suceso le valió ser señalada como una “soplona”.

“Cada vez que sale una noticia le provoca un daño interno en sus relaciones con el resto de la población”, remarcó una fuente judicial. El principal inconveniente que se originó tras este episodio fue que las reclusas pasaron a contar con una sola vía para vincularse con el exterior: el teléfono fijo del penal.

Nahir goza de los mismos y pocos privilegios que el resto de la población carcelaria. Con muchas de ellas posee contacto a través de los talleres, los cuales se les suspendieron provisoriamente por las circunstancias narradas durante la última semana. “Se alimenta con la comida del penal y constantemente acude a la biblioteca a leer. Cuenta con dos horas de patio, una a la mañana y una a la tarde. También puede ver la televisión con sus compañeras de celda”, revelaron.

La defensa de Nahir la comandan los abogados José Ostolaza y Pablo Sotelo, junto a otros letrados. Entre ellos fue incorporada Hermida Leyenda. La estrategia es que el máximo tribunal revea el caso y permita la realización de otro juicio con “perspectiva de género”.

La sentencia a prisión perpetua fue dictada el 3 de julio de 2018 por el Tribunal de Juicio y Apelaciones de Gualeguaychú. Luego, en julio de 2019, fue ratificada por la Sala II de la Cámara de Concordia.

“La familia vive desde hace tiempo en Paraná para estar más cerca de ella, pero no pueden entregarle nada en la cárcel”, describieron desde el penal. Allí también aseguraron que ahora la joven “busca hacer buena letra para recuperar los beneficios perdidos”.

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