La idea de sacrificio y disciplina en relación con la vocación, suele considerarse que es el vehículo en sí mismo para alcanzar el éxito.
Esta creencia viene de mucho tiempo atrás y se extiende no sólo al aspecto profesional y ocupacional, sino que abarca casi todo un universo de temas a nuestro alrededor. Si bien hoy nos vemos en un mundo moderno y abierto, son percepciones que siguen estando presentes en nosotros, aunque no nos demos cuenta.
Dividamos el tema en dos caminos para tener mayor claridad:
- Por un lado, nos tomaremos tiempo para reflexionar sobre qué es el éxito para nosotros.
- Y por otra parte, de un modo más general, analizaremos si el sacrificio en sí mismo nos puede ayudar a alcanzar las metas que nos proponemos.
El primer camino que proponemos es pensar que es el éxito. Es fallido considerar que el éxito para todos es lo mismo. Hay personas que aspiran a cosas totalmente diferentes en nombre del éxito. Este término proviene del término salida o resultado, por eso es que en muchos casos solemos hablar de metas o finalidades.
Sin embargo, es importante que pensemos que todas estas finalidades están sujetas a nuestros gustos, nuestra historia, nuestros hábitos e incluso el conocimiento al que hemos tenido acceso. Es por esto que el abanico que se abre en torno a lo que para cada uno es el éxito es de gran amplitud, y eso nos da lugar a un universo rico y diverso.
Ocurre que más allá de lo enriquecedor de la variedad, puede resultar difícil sobreponerse a la idea de que el éxito es algo particular, que no es masivo, que en cada uno es diferente, porque el mensaje que nos suele llegar es el contrario, solemos recibir información de cómo deben ser las cosas, que es lo que nos debería hacer felices y que no. Así es que en esta primera línea te invitamos a pensar en vos, a que reflexiones en lo que a vos te hace feliz, sin tope, es reflexión y para eso no hay límites.
Una vez hayas podido pensar en lo que a vos te gusta, te inspira y te motiva, podemos si generalizar un poco más. Podemos decir que más allá de que es para cada uno alcanzar el éxito, en este caso en la vocación, la finalidad seria ser feliz ejerciéndola.
Rompemos entonces ya el esquema de pensamiento del que veníamos hablando, podemos disfrutar del ejercicio de nuestra vocación y podemos vivir de ello. Parece muy obvio, pero existen frases que sostienen lo contrario y han influido en las creencias populares sobre el trabajo y el disfrute, como por ejemplo "no pain, no gain" esta frase que puede que algunas la conozcan y otros no ejemplifica esta idea que sostiene que sin dolor no existe ganancia, creencia que en su estructura lógica es del todo fallida.
Como ya hemos hablado en otros de nuestros encuentros, la vocación implica algo que nos mueve, tiene un sentido que se viabiliza en la inspiración que debe estar mediada por el placer. Sólo de esta manera se optimiza nuestra actitud hacia la actividad que realizamos y esto produce de manera directa que aquella sea mejor ejecutada: ¡placer y resultados operando juntos!
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