Los escucho en el Congreso culparse de un lado y de otro, y obvio que los hay, algunos más algunos menos, pero todos la tenemos.

La sociedad también, la clase dirigente no venimos de Marte.

Pero supongamos que uno de los espacios gane la discusión y por ende el otro es el verdadero culpable del endeudamiento, que ganó?. Para qué sirve?. Para un título de los diarios a los que ya muy pocos le creen.

La sociedad que en definitiva debería ser la beneficiaria del accionar político, que gana?.

Los escucho a los fracasados de antes levantar el dedo acusador diciendo ahora q tienen la solución de mañana. Sarasa, verso, hipocresía, caradurismo.

Tiran números, porcentuales, se hacen los estadísticos.

Hablan para ellos, ya nos los escucha nadie y si los escuchan no les creen.

Retórica, frases hechas, hablan en títulos para portales.

Pero la realidad los pasa por encima, si ellos mismos no pueden tomar un cafecito en ninguna vereda cerca del Congreso sin que cada 3 minutos pase un pobre pidiéndoles o vendiendo rejillas, medias o lo q sea para no caerse del todo del sistema.

La pobreza la ven, porque además muchos de ellos caminan verdaderamente los barrios.

Qué carajo importa ya la culpa si el 50 por ciento de la sociedad es pobre.

Lamentablemente el mundo está en guerra, y necesita trigo y gas, necesitan de nuestras pampas y de Vaca Muerta.

Tenemos lo que el planeta va a comprar, esta guerra es una oportunidad para Argentina.

Déjense de joder muchachos, siéntense en una mesa todos juntos, elaboren un plan para venderle eso al mundo.

Están mirando por el espejo retrovisor culposo en vez de hacerlo por el parabrisas.

Miles de pobres en este país empobrecido merecen subirse de nuevo al tren de las oportunidades y esa mano para que salten del andén se la DEBE DAR LA POLÍTICA, porque la política los bajó de los vagones por impericia, improvisación y peleas estériles.

Todos usan como slogans de campaña la palabra FUTURO, eso es mañana no ayer.