LA INSOPORTABLE LIVIANDAD DE LAS PALABRAS

Una forma de entender la realidad sería empezando por llenar de contenido a las palabras y las frases hechas por comunicadores y políticos. Un ejercicio que debemos hacer solos ante la carencia programada de repreguntas. Escuchar, no solo oír. Definir, no repetir.Comprensión de texto.

Así escuchamos del presidente Milei: “Vamos contra los privilegios de la casta”. ¿De qué privilegios hablamos? ¿De ser diputados, senadores, gobernadores, funcionarios?, ¿que cobren sueldos y tengan los beneficios legítimos del cargo?

Alguien pretende que trabajen gratis, que sean buenos, honestos, eficientes, comprometidos, que tiren injustamente su honra por una fake news o cualquiera con una red social amparados en la cobardía de un teclado o el anonimato de cuentas truchas.

¿Quién hará política entonces? Solo los ricos como hobby, los corruptos para llevarse algo y así compensar con los salarios baratos de los funcionarios o los ñoquis. Bueno, lindo, barato no son compatibles, y por si acaso “lo barato suele ser caro”

Casta: ¿de cual hablamos, de la judicial atornillados en sus palacios, de la de empresarios que se llevaron en los últimos años ganancias insuperables transfiriéndose lo que les falta a los trabajadores, la de los Caputo y sus corridas y fugas, la de Macri y sus molinos de vientos, la de periodistas ensobrados, o la nueva categoría de casta: jubilados y asalariados sobre las que recae el ajuste?

Ante el hombre light cada vez nos engaña gente con menos inteligencia y capacidades. Ya basta con palabras hermosas pero huecas. Como algunos melones.

¡Venimos a liberarlos! ¿Cuál libertad nos falta? ¿la de opinar? si podemos decir lo que queremos. Claro que los amantes de la libertad pregonan el “tenés derecho a decir cualquier cosa que coincida con mi opinión”, sino te largo los perros como a Lali, raro concepto de libertad. ¿La de contratar? ¿casarte aún con alguien de tu mismo sexo, elegir tu nombre de acuerdo a tu autopercepcion, abortar, amar a quien desees? ¿La de ejercer toda industria lícita, circular, trabajar, estudiar gratis en una de las mejores universidades del mundo como la UBA.? ¿Qué libertad te falta? La de ser elegido y elegir, pero si hasta alguien sin experiencia y con facultades mentales dudosas puede ser presidente.

¿De qué nos vienen a cortar las cadenas? ¿O será que vienen a liberar a las empresas de las “ataduras de protección” de derechos laborales y de consumidores? Es decir, así como transfirieron los recursos de los trabajadores al capital, ahora pretenden hacerlo con los derechos, convirtiéndonos en esclavos de sus deficientes productos, de los precios monopólicos, de los 0800 que jamás te atienden.

Parece que la libertad de la que nos hablan dependerá del lado de la motosierra que estés: serás libre del lado del mango y del otro lado encadenado.

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