Cuesta un montón decidirse por una peli u otra, más si estás entre amigos.

Vas a Netflix y se ordenan por géneros, recién agregadas, las más vistas y sigue la lista.

Lo que no pudieron los productores lo logró la siempre sorprendente realidad nacional.

Parafraseando los 90: MILEI LO HIZO.

Así vivimos una película “basada en hechos reales” que logra contener a todos los géneros en uno.

FICCIÓN: un presidente de una república que se cree rey cuyos edictos los dicta un perro muerto.

ROMÁNTICA: una mezcla de romances entre reales y ficticios que incluyen una actriz que imita a una ex presidenta, un presidente, la hermana del presidente con un amorío con el sobrino de un ex presidente. Increíble pero real.

TERROR: una sociedad que sufre del síntoma de Estocolmo, aplaude por las mañanas al loco de la motosierra y se asusta impávida, tiembla y maldice cada vez que recibe una factura de lo que sea, menos de las medialunas, que ya se empiezan a vender por unidades.

No se dio cuenta aún que le tocó estar del lado de la cadena y no de la empuñadura .

CATÁSTROFE: familias enteras durmiendo en el microcentro porteño con colchones improvisados de cartón en los cajeros automáticos. Comedores con colas interminables al que no le llegan los alimentos. Niños convertidos en soldaditos para los narcos en los barrios marginados como único medio de subsistencia.

Gente saltando molinetes porque no puede pagar el boleto del transporte.

ACCIÓN, las arterias militarizadas con cientos de policías que cortan las calles para impedir que corten las calles.

Sistemas anti Drones instalados en el Congreso de la Nación.

Gases y balas de goma contra manifestantes que no quieren ser parte de los géneros anteriores.

Motos, sirenas y una ministra disfrazada de militar, una especie de Rambo vernáculo salido de algún capítulo de los Simpsons, pero cómo innovar es lo nuestro: RAMBA.

SUSPENSO: de los creadores de “los brotes verdes” y “segundo semestre”, llega “paciencia y sacrificio”, en “30 años seremos una potencia” y “lo más duro será marzo y abril”, la magia discursiva que nos vuelve a ilusionar.

Una genialidad que solo los argentinos podemos darnos, TODO EN UNO.

Esos de NETFLIX tienen mucho que aprender de nosotros, una genialidad única, salvo por un detalle: QUE DE ESTA PELÍCULA YA SABEMOS EL FINAL.

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