No sería tan grave ver a un peronista echándole leña al fuego a un país gobernado por otro peronista, sino fuera porque ese país, el nuestro, péndula entre las cenizas de lo que fuimos y la búsqueda de la antorcha que ilumine el camino a seguir.

Buscar responsables a esta altura resulta tan inútil como saber el sexo de los angelitos. Entre otras cosas, porque en más o menos todos los somos, y no hablo de la clase dirigente solamente, sino también de los votantes que alguna vez debemos hacernos cargo. Muchos simplemente creen que ser habitantes es lo mismo que ciudadanos, aun así y considerando que es parte del problema esa conducta pasiva, es justo señalar que hay irresponsabilidades que irritan.

Los dichos del ex presidente resultan repulsivos, fuera de lugar, desestabilizadores. A priori, parecería que son sin intención, pero acá nada es lo que parece. Como diría Legrand: "Lo que no es, puede llegar a serlo..."

Si ya tiene un lugar en la historia, si le toca seguro un busto en La Rosada, el nombre de una plaza en Lomas, o alguna calle en cualquier distrito de los 135 de la provincia que gobernó. Si la sociedad lo puso en un lugar de "piloto de tormentas" por aquello del 2001, ¿por qué se empeña en convertirse en un "agitador del fuego"?

Nada más triste que no saber retirarse a tiempo, o tal vez si, peor es la abstinencia de protagonismo, esa adicción inexplicable que es la política para quienes la amamos y que, si no se la administra con criterio y seriedad, terminamos convirtiéndonos en la caricatura de lo que alguna vez fuimos o quisimos ser.

Que bien se lo veía a Duhalde cuando cuidaba sus nietos o pescando cazones en Pinamar. Muchas gracias por todo lo hecho, gracias por las obras, sobre todo en las de mi pueblo, Salto: por el Hospital, por las cloacas, las casas, el asfalto.

Gracias por elegir entonces a Ministros como Lavagna o Graciela Camaño. Hasta te perdonamos por no haberle devuelto los dólares a "los que depositaron dólares", como recitabas entonces, entendemos todo no sale como uno quiere. Gracias por los libros que escribió que no leí, pero que seguro a alguno le sirvió.

Me gustaría agregar un gracias más: GRACIAS POR SU FUTURO EN IMPRESCINDIBLE SILENCIO.

No sé si estará jubilado Señor Ex Presidente, pero de no ser así, con humildad me atrevo a recomendarle que llame al 0800 ANSES.

Por el bien de todos y por el suyo propio.