ESPEJITOS DE COLORES EN LA ERA DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL

Contaba Billiken (cómo explicarlo siendo analógico a un digital), era una revista escolar que nos salvaba de la biblioteca. ¿Cómo explicarlo de nuevo? La biblioteca era un edificio lleno de estantes y libros, que lo administraba una señora con guardapolvos y anteojos, y nos guiaba por temas luego de consultar unas fichas. Otra vez, las fichas eran unas tarjetas de color amarillas ordenadas por abecedario donde constaba el título del libro seguido de un número que permitía su ubicación.

Así podemos seguir… bueno, no importa, para decirlo de algún modo: era nuestro Google de manera artesanal.

En definitiva Billiken nos enseñó que un tal Hernán Cortés, español el tipo, en 1517 llegó a las costas de México. América recién descubierta por ellos (desde ya), los indios ya la conocían, pero siempre fue así: la historia la escriben los que ganan.

El tipo que, al parecer era muy rápido, hoy sería un “Messi de las finanzas” les cambió a los nativos espejos de colores, tijeras, cuentas de vidrios y otras baratijas a cambio de llevarse todo el oro. Se calcula que desde 1492 en los primeros 50 años se birlaron 100 toneladas de oro, se las llevaron, o sea de nuevo como explicarlo: se las fugaron.

También usaron argumentos teológicos: para rescatar a los indios de la ignorancia (cosa que no parece haberse logrado aún) y que tuvieran el acceso al Reino de Dios, esta parte sí parece se logró: basta con ver las catedrales europeas o el humilde palacio de los apoderados del Señor en Roma cubierto de oro.

El jefe de La organización política de los Indios eran los Caciques, digamos el Jefe de Estado, a quien convencieron del intercambio: chucherías por oro. Cabe la primera pregunta: ¿cuántos Elon Musk había en las Calaveras? La segunda pregunta que es imperiosa hacerse: ¿habría Indios de la oposición que la vieron y exclamaban “che boludos nos están saqueando, se llevan los recursos naturales a cambio de nada”? ¿Existió el “piel Roja De Loredo” que gritaba desaforado desde la punta de alguna roca oponiéndose mientras llenaba de espejitos las alforjas? ¿O tal vez la india “Sol de luna Marga Stolbizer” que se oponía a todo en alguna choza en forma erguida pero luego se agachaba?

Pobres, que pocos precavidos los nativos, qué ignorantes.

Vale aclarar, a los efectos de la morigeración de la condena, que todo esto pasaba sin redes, ni canales, sin info, sin Viales, sin Majules, sin inteligencia artificial.
Se llevaron todo a cambio de nada. Hoy, siglos después, se llevan todo a cambio de poco, evidentemente con mucha Inteligencia artificial, de la otra nada.

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